junio 2019

A 50 AÑOS DEL CORDOBAZO: LA CLASE OBRERA COMO PROTAGONISTA DE LA HISTORIA

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El Cordobazo marcó un punto de inflexión. Evidenció un grado de unidad y conciencia política de trabajadores y estudiantes que determinó un cambio de época.
No fue la primera movilización de masas del año 1969, había sido precedido por el Correntinazo y el Rosariazo, y le seguirían otras grandes insurrecciones populares.
La CGT regional Córdoba había convocado a un paro de 36 horas con movilización para los días 29 y 30 de mayo, dato no menor, porque demuestra la voluntad política del movimiento obrero cordobés que se venía destacando con algunas figuras que luego pagaron cara su combatividad, como Agustín Tosco, Elpidio Torres y Atilio López, a los que luego se les sumaría René Salamanca.
Puede afirmarse también que fue el resultado de largos años de resistencia de la clase trabajadora a los planes de ajuste de los sucesivos gobiernos desde el golpe militar de 1955.
Y debe resaltarse que los indispensables protagonistas de ese tiempo fueron las y los delegados de base. Ninguna de las grandes huelgas y movilizaciones hubiera sido posible sin su decisiva participación.
Una de las claves del poder del movimiento obrero de aquéllas históricas gestas se basó en el control de las fábricas por parte de los delegados, a pesar de la disputa constante con el capital, que pretendió recuperarlo de todas las formas posibles.
Exactamente cuatro años antes del Cordobazo, las comisiones internas fueron gestoras de los planes de lucha de la CGT de los años 63 y 64, que incluyó la toma concertada de 800 establecimientos a la vez.
Según informes de los servicios de inteligencia, “la ocupación simultánea de los establecimientos sólo podía ser llevada a cabo por las bases y sus representantes inmediatos”. Indudablemente ese engranaje funcionó también en las insurrecciones de 1969.
Por supuesto, la última dictadura cívico militar que asumió el rol de destruir la fuerza del movimiento sindical, no dudó en centrar su persecución en los representantes de base.
En ese sentido no podemos dejar de mencionar la evidente lógica del poder que se expresa en el reciente fallo de la CSJN “Ingegnieros c.Techint”, en el cual se rechaza por prescripción el reclamo indemnizatorio de la hija de un trabajador que fue víctima de la desaparición forzada durante el gobierno cívico militar, y que se produjo en ocasión del trabajo. Los jueces por mayoría, desconociendo normas que integran el bloque federal de constitucionalidad, rechazaron la imprescriptibilidad de las acciones indemnizatorias derivadas de delitos de lesa humanidad. Es inadmisible sostener que el resarcimiento de los daños – ya sea con fundamento en normas civiles, laborales o de otra rama – derivados de las consecuencias de esos crímenes pueda quedar sujeto a algún plazo de prescripción. Basta con tener presente las argumentaciones asumidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el reciente fallo «Órdenes Guerra vs. Chile», donde se reconoció la imprescriptibilidad de las acciones civiles, porque la empresa demandada ejerció una «participación necesaria» en la concreción del secuestro y desaparición.
Aún así, resulta notorio en la actualidad que los gremios que están organizados con fuertes comisiones internas y promueven la elección de delegados y delegadas son los más eficaces en la defensa de sus condiciones de trabajo y de su salario real.
La experiencia trunca del Gobierno Nacional que intentó modificar regresivamente la legislación laboral ha sido reemplazada por lo que ya hemos denominado como una Reforma Laboral de hecho. Esa batalla se desarrolla en los lugares de trabajo, y son las personas que trabajan quienes más eficientemente organizan la resistencia.
Pero sin dudas la mejor forma de conmemorar los 50 años del Cordobazo es la que todas las centrales sindicales han decidido: una huelga general para el 29 de mayo 2019 contra el plan económico dispuesto.
Por eso en este número de La Causa Laboral, desde la Asociación de Abogados y Abogadas Laboralistas homenajeamos a los obreros y estudiantes que protagonizaron las movilizaciones populares de 1969, y resaltamos la importancia actual de la resistencia organizada contra el plan económico del Gobierno Nacional.

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