A 50 años de la Ley de Contrato de Trabajo: el sentido de su vigencia

Pensar desde el presente, nos exige encontrar el sentido de la regulación hoy y desde ahí retornar a la ley de contrato de trabajo.

Sin dudas que el sentido de la vigencia es más fuerte que nunca dado que la clase trabajadora – incluyendo a todas las personas que dependen de un salario o ingreso para subsistir, independiente del modo de contratación – está atravesando una verdadera tragedia, retornando a la noción de “trabajadores pobres”.

Existe un amplio sector de la economía, vinculado a las plataformas digitales, que ha logrado la elusión de la protección laboral. Es necesario pensar el derecho social desde su origen y desde los principios, especialmente la primacía de la realidad y la protección de la persona trabajadora, desde ahí, ampliar el ámbito de tutela.

Estamos en presencia del ataque más profundo a la regulación social de los últimos 50 años.

No se trata de meras reformas “economicistas” sino que se propicia la profundización de la asimetría de poder a favor del capital, el retorno a la unilateralidad patronal, propia del siglo XIX.

Defender la vigencia de la ley de contrato de trabajo nos exige hacerlo desde una mirada feminista del derecho laboral, inclusiva e interseccional. Sostener los aciertos de la norma original – que son muchos y profundos tal cual lo analizado – y transformar aquellas partes que ya se visibilizan como discriminatorias e injustas, que son un obstáculo para cumplir con la manda constitucional.

Desde la operatividad del bloque federal de constitucionalidad, bregar por el derecho del trabajo que queremos y necesitamos, aquel que proteja el trabajo en sus diversas formas, que esté a la altura del presente, acorde con un mejor vivir.

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