#83
Poesías de Li Po
Por Li Po
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MIENTRAS BEBO, SOLO, A LA LUZ DE LA LUNA.
La ciudad de Hsien-yang, corriendo el mes tercero, con las flores caídas tiene una gruesa alfombra.
¿A quién en primavera le gusta plañir solo?
¿Quien, estando sereno, mirara esa hermosura?
Abundancia o pobreza, la vida larga o breve con por el Creador dispuestas, repartidas.
Pero un vaso de vino iguala la vida y muerte y mil cosas que cuesta demostrar, obstinadas.
Si estoy embriagado pierdo el Cielo y la Tierra; inmóvil, me afición al lecho solitario.
Llego a olvidarme, al fin de mi propia existencia y en ese instante es grande, en verdad, mi alegría.
***
Un vaso de vino entre las flores:
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna:
con ella y con mi sombra seremos tres.
Pero la luna no acostumbra beber vino,
y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,
mientras aún es primavera.
En las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los tres juntos, antes de beber, holgábamos;
ahora, ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos muchas horas todavía,
en nuestro extraño festín inanimado,
para encontrarnos al fin en el Río de las Nubes!
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna:
con ella y con mi sombra seremos tres.
Pero la luna no acostumbra beber vino,
y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,
mientras aún es primavera.
En las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los tres juntos, antes de beber, holgábamos;
ahora, ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos muchas horas todavía,
en nuestro extraño festín inanimado,
para encontrarnos al fin en el Río de las Nubes!
UN DÍA DE VERANO, EN LA MONTAÑA
Agito suavemente un abanico de plumas blancas,
sentado, la camisa abierta, entre las hojas verdes.
Me quito el sombrero y lo cuelgo de un saliente en la roca;
Desde los pinos la brisa se desliza
sobre mi cabeza desnuda.
sentado, la camisa abierta, entre las hojas verdes.
Me quito el sombrero y lo cuelgo de un saliente en la roca;
Desde los pinos la brisa se desliza
sobre mi cabeza desnuda.
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#83
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