#83
El cuerpo de las tesis
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“Las Tesis”, fueron nominadas por la revista Time, como una de las 100 personalidades más influyentes del año.
Son un colectivo de performance feminista chileno, que se hizo conocido mundialmente por la creación de la canción “Un violador en tu camino”, traducida e interpretada en marchas de diferentes partes del mundo.
Es que en ellas se representa el arte del feminismo popular, ese que puede expresarse en sus letras, manifestarse a través de sus cuerpos, y conmover nuestros sentidos, con su “artivismo”. Sí, se dice ARTIVISMO, es un acrónimo formado por la combinación de las palabras «activista» y «artista» con el significado de «arte con un contenido social explícito».
El día 25 de Noviembre de 2019, cuando se conmemoraba el Día Internacional de la Eliminación de Violencia contra las Mujeres, ellas presentaron su canción, y su baile, se volvió viral, replicando rápidamente en diferentes idiomas, que supieron interpretar las consignas feministas de cada país.
Es que lograron transmitir con sus palabras, lo que sentimos las mujeres de todo el mundo, y además le pusieron el cuerpo, para movilizar aún más nuestra sensación de que no somos las culpables de lo que nos pasa, sino que dieron vuelta el dedo que señala, la mano acusadora, a fin de hacer visible lo invisible.
Se convirtió en un verdadero himno del movimiento feminista, en contra de la violencia machista en todas sus partes y expresiones, y está construido sobre textos de la antropóloga Rita Segato, siendo conocida también como “El violador eres tú”.
En su forma de composición performativa, fue llevada a cabo en plazas de México, Perú, Colombia, Argentina, España, Francia, y Chile, entre otras, por miles de mujeres con los ojos vendados.
Este año estuvieron en Buenos Aires, en el Pañuelazo del 19 de Febrero, con motivo del reingreso del proyecto de legalización del aborto, y en la Plaza del Congreso, cantaron la versión argentina: «El violador sos vos».
Si algo entendimos en los últimos tiempos es que “lo personal es político” (Kate Millett), y que las mujeres ya no nos callamos más.
Que las marchas que movilizaron a miles de mujeres en nuestro país y en el mundo entero, también se expresan mediante la alegría de nuestros bailes, las acciones performativas de nuestros cuerpos, llenos de bronca, y dolor, que necesitan expresarse cuando se juntan en las calles, y transformando la furia en baile, en alegría, en danza, en tambores, en arco iris, en colores verdes y violetas, con matices de glitter iluminados por purpurina.
Y también hicimos caso a la teoría performativa de la asamblea, que nos ilustró Judith Butler, al hablar de los cuerpos aliados y la lucha política, de la política de género y del derecho a aparecer, de la vida precaria y la ética de la cohabitación, de la vulnerabilidad del cuerpo y la política de coaliciones, de la libertad de reunión, y la expresión de las manifestaciones populares.
Porque entendimos también que las acciones corporeizadas tienen su propio significado, como formas de reunión en sí mismas, más allá de lo que en ellas se diga, y este modo de significación es una acción conjunta de los cuerpos, una forma de performatividad plural, un derecho plural y performativo a la aparición que afirma e instala el cuerpo en el campo político, para expresar su reclamo de manera expresiva y significante, por condiciones económicas, sociales y políticas que hagan la vida más digna, que hagan la vida más vivible.
Aquí, la letra, imaginen la música, y disfruten el baile:
«El patriarcado es un juez,
que nos juzga por nacer
y nuestro castigo
es la violencia que no ves.
El patriarcado es un juez,
que nos obliga a parir
y nuestro castigo
es la violencia que ya ves.
Es femicidio.
Maternidad como destino.
Es violación.
Es aborto clandestino.
Y la culpa no era mía,
ni dónde estaba, ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía,
si me cuidaba, ni cómo vivía.
Y la culpa no era mía,
ni dónde estaba, ni cómo vestía.
Y la culpa no era mía,
si me cuidaba, ni cómo vivía.
El violador eras vos.
El opresor sos vos.
Es el Congreso,
a donde votan
el aborto
clandestino.
El Estado opresor es un macho violador,
El Congreso opresor es un macho violador.
El violador eras vos,
el opresor sos vos.
Duerme tranquila mi niña madre,
sin que te importe quién te violó,
que por tu hijo, bebé inocente,
vela la Santa Inquisición.
El violador sos vos.
El tirano sos vos.
El opresor sos vos.
El opresor sos vos.»
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#83
En este número
Doctrina
Por Mariana Amartino,Verónica Nuguer
Doctrina
Por Horacio Ricardo González,Juan Carlos Capurro
Doctrina
Por Pablo Gastón Candia
Doctrina
Por Guillermo Jorge Terzibachian
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Por Héctor Hugo Boleso
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Por Gastón Valente
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