febrero 2024

¿Esta es mi tierra?

Elcina-Valencia

Dorothea Tanning

Compartir en las redes sociales

He mirado el mar de mis costas
… detenidamente y repetidas veces;
He mirado las gaviotas
Que vuelan hacia lo alto
Desafiando los espacios
Diseñando con su vuelo
Remolinos de constancia.
He visto navegar los barcos
Libremente sobre el mar
Y al pescador… amigo de las redes,
Amigo del anzuelo,
Amigo del mar y de sus secretos.

Nací y morí mil veces en estas tierras
Donde aún se ciernen las huellas
Del yugo esclavo;
Pero he vuelto a nacer,
Mas no he encontrado
El humo espeso de la esclavitud
Pero se destila la zozobra del egoísmo,
La lujuria y la codicia
De este mundo materialista
Que solo piensa en la maldad.

Entonces me pregunto:
¿Qué pasó con el mundo?
¿Qué pasó con las tierras?
¿Qué pasó con nuestros pueblos
que están perdiendo lo bueno?
Soy testigo del hombre
que escudriña el mar esperanzado;
del leñador sediento que trabaja
la montaña;
del sembrador que busca un sosiego
en el cultivo;
y del hombre aquel… aquel que se
obligó a robar por un pedazo de pan
para sus hijos.

He encontrado la miseria a cada paso;
el machismo que aventaja al mundo entero,
el libertinaje de aquella que alcanzó la liberación
y no la supo interpretar.

Escucho el llanto amargo
de aquel que llaman gamín:
el que quita de mano ajena
un reloj, una pulsera, un paquete
y lo vende… lo vende a esa sociedad
que permite la delincuencia.

He encontrado en cada esquina
la mano asesina de un hermano;
la mano fuerte del que oprime;
la boca grande del que insulta;
un pie grande que empuja desde arriba;
y el gemir de un pobre hombre,
que lucha por sobrevivir
entre la miseria y la injusticia.

He visto morir también
el fruto verde en el vientre inmaduro.

¡Oye gente de mi tierra!
¡Gente de todas las etnias!
¡Gente de todas las clases!
¡Oye jefe del hogar!:
¿No te duele que tus hijos sientan hambre
mientras tú malgastas lo que ganas
en licor, en el juego y en mujeres libertinas?

Y tú… hombre de caudales:
¿no te conmueve la miseria en que vivimos
mientras tú te ahogas en la plata
ignorando al campesino que trabaja para ti?
¿Acaso te has olvidado del que te siembra el café,
del que cosecha el arroz,
del que te cuida el ganado?

Quisiera decir tantas cosas…
… pero no quiero ver llorar al hombre
que está en el mundo sin vivir en él
y que viviendo en él… no existe.

(De Todos somos culpables)

Compartir en las redes sociales